domingo, 11 de octubre de 2009

En tiempos de la modernidad el verbo aplica




El verbo es la palabra, y el verbo es una acción, por lo tanto la palabra aplica, la validez de la palabra, así sea en los tiempos de la modernidad tiene vigencia en toda época. La palabra es primero signo, la palabra expresa y está ligada a la imagen, la palabra comunica. Hay un límite desafiante entre el lenguaje verbal y el no verbal, pues es en ese lugar donde se construye el sentido, donde se hace manifiesto. Pero entenderlo implica el ejercicio de ubicar la palabra en el universo del lenguaje. De hecho, este ejercicio de por si es una acción vigente. Ese algo es el reto del intérprete, del destinatario del mensaje que de forma simultánea se encuentra ante la condición humana de construir un sentido particular, como una predestinación a la que no se puede evadir.

El verbo aplica significa que la palabra tiene vigencia a pesar de las grandes pretensiones de una época egocéntrica. La modernidad, por más modernidad que sea, está mediada por la palabra, por el verbo. Casi que puede llegar a decirse que puede faltar todo en cualquier época, menos la palabra como el gran origen de la condición simbólica de la humanidad. A pesar de todos los cambios que hay en la modernidad, la palabra sigue siendo fundamento, sustento de toda situación, de todo entendimiento.

Retomar la silla como elemento de descanso, como elemento simbólico que ha sido recurrente en la historia del arte sirvió para que artistas reflexionaran sobre la naturaleza del lenguaje, especialmente sobre las reflexiones de la semiótica. Un referente puntual de la historia del arte con la obra “Una y tres Sillas” de Joseph Kusuth, calcada por estos días en la vitrina de Lugar a Dudas en Cali. La primer silla escrita como una definición de diccionario, donde predomina el código escrito. La segunda silla es la silla física, colocada al lado de la definición. Y la tercer silla es la que esta fotografiada, como signo no verbal. Brillante síntesis de las relaciones triadas que plantean los semiólogos entre signo, referente y significado.

El ejercicio de generar un grabado a partir de una talla en el respaldar de la silla presenta una paradoja: por un lado este mueble invita al descanso del cuerpo. Por otro lado invita a la acción para que la impresión del respaldar se pueda dar. Entonces este ejercicio propone convertir una silla básica en un dispositivo que invita a la acción para encontrar un resultado.

La paradoja evoca una época que para andar a mucha velocidad parte de escenarios del descanso. Pareciera que todo el desarrollo de la cultura moderna estuviera orientada a erradicar el trabajo físico, donde el cuerpo se tiene que esforzar para obtener resultados. Pero pese a esto, por más que la máquina sustituya la fuerza humana para los resultados, siguen habiendo retos desde la acción. En el ámbito de la ciencia ficción se llegaría a un ser humano sentado que desde el pensamiento pudiera dominar los ordenadores que resolverían el problema de la tracción humana. Incluso en ese escenario aparece la acción mental, donde se construyen los nexos de sentido desde el lenguaje.


Por: Henry Narváez Perlaza

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